LA INFLUENCIA DE LA CULTURA EN LA NARRATIVA VINCULAR
Psicóloga
Esa necesidad de olvidar su yo en la carne extraña, es lo
que el hombre llama noblemente necesidad de amar.
Charles Baudelaire (1857)
Siendo varios los aspectos que influyen en
la complejidad de la mente humana y en el significado que le otorgan los
individuos a las relaciones y las perdidas, he de profundizar en esta ocasión
sobre el cómo la cultura ha creado una construcción social de los lasos
afectivos, el amor, sus consecuencias e implicancia
Resulta difícil logar expresar la
concepción de lo que es una perdida relacional sin antes profundizar sobre los
aspectos que influyen en el cómo la sociedad ha ido construyendo una narrativa
vincular, a modo de novela con una
estructura de significados, en donde la individualidad y la historia de vida no
se determinan solamente por lo racional y la lógica, sino también por la
emocionalidad, lo sensorial y la influencia
que recibe del contexto.
El ser a lo largo del la
historia de la cultura occidental ha buscado la confirmación, la verdad y el
sentido de pertenecía en utopías
colectivas de carácter ideológico y político. En la posmodernidad al existir un
derrumbe de estos ideales el amor romántico se ha erigido en una nueva utopía
de carácter emocional que viene suplantar el vacío existente en el inconsciente
colectivo sobre un bien común para la sociedad.
Se ha de mencionar que la intención no es
desmitificar las relaciones afectivas o el concepto del amor ya que es claro
que es un estado satisfactorio he
enriquecedor siendo es uno del los pilares fundamentales de la sociedad.
El mercado del amor en la posmodernidad
La cultura del amor pasa hacer una nueva
forma de poder y control social sin perder su carácter ideológico y cristiano
el cual toma espacial relevancia en la
economía global. El amor, o el amor organizado socialmente es una actividad
creativa y práctica interhumana, siendo el tercer tipo principal de poder
que mueve la historia y que, por ello, debe considerarse su significación
teórica y tomarse seriamente como tal (Anna
Jonasdóttir, 1993).
El poder al cual me
refiero se traduce en el auge de las industrias nupciales: inmobiliarias,
agencias de viajes, iglesia, hoteles, salones de boda, día de San Valentín; todo lo que el mercado ofrece para satisfacer
las necesidades indispensables con las que el enamorado ha de demostrar su
afecto. Ahora cuando el lazo afectivo pudiese llegar a su fin, el mercado y el estado, nos provee
de abogados, de psicólogos, corporaciones de asistencias judiciales y
tribunales de familia.
El amor es, así, un
mecanismo que encauza el estilo de vida consumista imperante en nuestras
sociedades actuales y que en
el ámbito de la economía se utiliza en recursos y dinero para sustentar las crisis de pareja, las angustias
del amor y los esfuerzos para superar el dolor. Como se puede observar es un
negocio rentable en donde se obtienen ganancias estando en las dos caras de la
moneda.
Es claro los alcances y beneficios en el
ámbito de economía, mercado y deciplinamiento social el mantener una cultura de
amor romántico, erigido en una nueva utopía de carácter emocional, siendo una
construcción social y simbólica que varía según
las culturas y las épocas históricas a pesar de que siempre se ha considerado
el amor pasional un fenómeno individual.
La utopía del afecto
influenciada por la cultura
El individuo se ve movilizado a buscar
aquello que la cultura ha creado como el
ideal de lo que es el amor, lo que se espera de una relación, las
características que debe poseer ese otro y lo que es peor aun, que el individuo
configure su ideal de ser a través de crear y mantener dichos vínculos, como si
este fuera el único camino existente para mantener un estado de bienestar en
donde se pone a prueba todo los esfuerzos, cualidades y recursos del ser en la
pareja.
Este mercado sentimental
del amor tiene su propia oferta y demanda
ya que todos buscan a la persona ‘ideal’ con la cual establecer la relación
perfecta, una especie de búsqueda compulsiva del paraíso, un edén emocional en el que las necesidades de
autorrealización y de felicidad se ven colmadas y satisfechas por un sentimiento que persigue fines de
benevolencia y al que suele atribuirse ciertas cualidades de atracción y
dependencia hacia una persona y gracias al cual
podemos sentir que hay alguien que nos escucha, nos apoya incondicionalmente y
lucha con nosotros contra los obstáculos de la vida: el amor como una fuente de
felicidad absoluta y de emociones compartidas que amortiguan la soledad.
Le atribuimos un lenguaje y un significado
al enamorarse, le asociamos a ese estado determinados sentimientos y códigos de
conducta que debemos tener, el cómo, el cuándo, de quién y de quién no
enamorarse. Algunos elementos como: sacrificio por el otro, pruebas de amor,
olvido de la propia vida, expectativas mágicas, como la de encontrar un ser
absolutamente complementario (la media naranja) son prototipos heredados de la religión, la cultura, el cine y la
televisión siendo estos ultimo al parecer
el nuevo opio del pueblo como diría Karl Marx.
Se produce una
pérdida del sí y una falsa
individualidad orientada hacia la posesión de objetos materiales como de
inmateriales debido a las carencias del no verse; de no descubrir las
potencialidades y las fortaleces, como diría
Nietzsche en una de sus frases celebres y comprendida por pocos “La valía de un hombre se mide por la cuantía de soledad
que le es posible soportar”.
La
narrativa vincular se desvanece
Al perderse en otro, se pierde la propia
identidad del ser y ese abandono que pereciera ser voluntario y gratuito se encuentra a la
base un esperar, un pago por aquel
desprendimiento el cual tributa en el sentido
de pertenencia sobre otro,
entonces el objeto pasa hacer un deudor continuo de aquel sacrificio, y cuando aquello que se cree
poseer se aleja; queda la sensación que el poder se ha perdido dejando una
sensación de carencia.
El individuo al
encontrarse desprovisto del objeto amado, comienza trascender por un camino en
donde se ve forzado a mirar su reflejo tal como lo haría frente a un espejo, el
cual vislumbra como vacio y desnudo. La angustia se hace presente cusa
por la cual el ser se aferra a la posibilidad de recuperar aquello que le
cubre el espíritu. Cuando esto no es logrado el objeto codiciado se idealiza junto con todo la experiencia vivida, tiempo que a de
trascurrir hasta que ese otro sea
devaluado comenzando una nueva búsqueda
para salvaguardar el self.
Las grandes expectativas que ponemos en que
alguien nos ‘salve’ y nos ‘colme’ la existencia por completo hacen que la gente
se sienta frustrada o agobiada por la tremenda responsabilidad que depositamos
en la otra persona El amor es utópico porque su idealización es irrealizable y
su intensidad no es para siempre. Nos convertimos en una especie de escultores, constantemente tallando en los demás imágenes que
anhelamos, necesitamos o deseamos, a menudo en contra de la realidad, contra su
beneficio, y siempre, al final, un desengaño, porque no se ajusta a ellos. ( Anais Nin, 1932).
Al parecer el ser humano es incapaz de enfrentarse con la verdad de que somos
seres únicos y no una extensión del otro
siendo nuestra vida y acciones de total responsabilidad nuestra. El hombre
tiene un Instintivo odio a la realidad: resultado de una extraña irritabilidad
y sensibilidad al sufrimiento que ya no quiere ser “tocado” porque todo
contacto provoca en él una reacción excesiva. (Nietzshe, 1888).
Pero la narrativa
vincular no solo se debe a lo construido por la sociedad sino también por los
vínculos mentales adquiridos a lo largo de la vida los que se verán reflejados
en él como nos relacionamos en el presente. Si en la experiencia temprana de la
niñez el hombre que no se sintió querido puede adoptar una actitud caracterizada por
esfuerzos desesperados para ganarse el afecto de los demás mediante actos de
excepcional amabilidad y comprensión; acaso no han escucha aquella frece que
dice el “amor todo lo perdona y todo lo soporta”.
De esta forma el hombre que se propone comprar afecto con actos
benévolos queda desilusionado al comprobar la ingratitud del otro, ya que
es típico de los humanos estar más dispuestos a conceder su afecto a quienes menos lo
solicitan, ahora cuando sucede lo contrario y han sido sobreprotegidos por
una madre posesiva que tiene como necesidad que el niño dependa
de ella más que fomentar la independencia y entregar una visión de mundo
seguro, las personas buscan un lugar protegido en donde se garanticen que serán
admirados aunque no sean admirables y elogiadas aunque no sean dignas de
elogios (Russell, 1932).
El hombre es un proyecto que se vive
subjetivamente
La idea central del
texto encuentra su núcleo en este punto ya que la intención ha sido
poner en manifiesto que el afecto y los vínculos son teñidos por esa necesidad
imperiosa del ser humano de buscar en otro aquello que carece olvidándose de la
realización personal.
Para que la persona logre relaciones idóneas primero debe centrar su mirada en fortalecer el capital o potencialidades
que posee siendo tres los aspectos fundamentales que el hombre debiese
desarrollar los cuales son autonomía e independencia social, autorrealización,
orientación por la meta y el sentido.
Todo lo que has dicho es acertado. Desde pequeño (incluyéndome) nos inundan con imágenes de matrimonios o parejas, que superan las barreras más terribles y difíciles para estar juntas y felices. Creando un arquetipo que cada vez toma más fuerza. Al punto de ideal a esta pareja, los hombres se le enseñan que la mujer con buen busto y trasero son la mejor elección, y a la mujeres busquen hombres musculosos y sin pelo en pecho o que tenga un atractivo que te cautive (estoy puro inventando en este punto, por que desconozco que le atraen las mujeres). Esto me a provocado en mí, como ejemplo,cuestionario si en verdad me enamoro de una persona o simplemente sigo un patrón que me "impusieron" para encontrar la dicho felicidad. Siendo el momento y las circunstancias entre un hombre y la mujer, la única verdad que me indicara si existe ese llamado amor, aunque de igual forma puede fallar. También debo estar de acuerdo, en el desarrollo que una persona debe hacer, con respecto a su individualidad, que nos diferencia de otras personas y nos hacen únicos. Ya lo decía Miguel Serrano (te invito a leerlo, pero debo advertirte sobre su ideología de nacional socialista, nazi, aunque descartandola tiene muchos aspectos interesante que se pueden rescatar), mencionaba, en un aspecto esotérico, sobre la importancia de nacer dentro de nosotros el cuerpo astral, que representaría nuestro individualidad y que nos volverían inmortales, al dejar de lado la parte carnal de una relación, si no mal recuerdo. Claramente si comenzamos a interpretarlo y reflexionar sus palabras, no tan literal, tal vez se refería a este aspecto individual que debemos ejercitar y dejar de lado el amor ideológico, por que eventualmente aparecerá sola en algún momento. Hay que destacar que Serrano menciona mucho en sus textos a Nietzshe, un autor que has mencionado mucho, como también a Jung y Herman Hesses. En fin, sin más que decir, dejo mis saludos. Gracias por compartir tu texto.
ResponderEliminares interesante el análisis de la construcción de las relaciones amorosas y el concepto amor, históricamente y como ha sido mercantilizado en nuestros días. Sería interesante en un próximo artículo ampliar el tema del último párrafo.
ResponderEliminarmuy bueno, felicitaciones!
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